5. Los papas prohibieron la doctrina contraria. Y, no contentos con esto, para que la doctrina misma de la Concepción Inmaculada de la Virgen permaneciese intacta, prohibieron severamente que se pudiese defender pública o privadamente la opinión contraria a esta doctrina y quisieron matar con aquella a fuerza de múltiples golpes mortales.
. El tema del Congreso que acabo de recapacitar -"María de Nazaret acoge al Hijo de Jehová en la historia"- ha favorecido una profundización de la doctrina de la concepción inmaculada de María como presupuesto para la acogida en su seno virginal del Verbo de Dios encarnado, Salvador del clase humano.
Ella, que conservó la esperanza hasta en la prueba extrema, ¿no nos pide que no nos desanimemos cuando el sufrimiento y la muerte llaman a la puerta de nuestra casa? ¿No nos pide que miremos con confianza a nuestro futuro? ¿No nos exhorta la Inexplorado Inmaculada a ser hermanos unos de otros, todos unidos por el compromiso de construir juntos un mundo más cabal, solidario y pacífico?
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De este esquema se desprende que la creencia en la inmunidad de María frente al pecado en su concepción prevaleció entre los Padres, especialmente en los de la Iglesia Griega. El carácter retórico, por lo tanto, de muchos de estos y similares pasajes nos previene de tendencias demasiado forzadas y de interpretaciones en un sentido estrictamente fiel.
La faro que promana de la figura de María nos ayuda igualmente a comprender el seguro sentido del pecado innovador. En María está plenamente viva y operante esa relación con Todopoderoso que el pecado rompe.
Esta fiesta —y igualmente este ocultación— nos hace pensar en el "aparición" del hombre sobre la tierra, en la inocencia primigenia y luego, en la Agudeza perdida y en el pecado diferente.
Son obras de arte que muestran cuán profundamente repercute en la vida cristiana la preservación de María del pecado flamante desde su concepción.
, por su parte, para formar en María al Verbo Encarnado y Figuraí elevarla Solemnidad de la Inmaculada Concepción a la dignidad de Consorte suya, requería una creatura que siempre hubiera sido perfectamente santa; no bastando para ello los dones correspondientes a los demás hombres, desde toda la cielo se decidió aguantar a cabo este privilegio que enriquecía a María con todas las gracias inimaginables y la elevaría a una santidad muy superior a la de todos los ángeles y santos juntos: “Toda hermosa eres, María, no hay mancha en ti”
En la ciudad viven —o sobreviven— personas invisibles, que de tiempo en cuando saltan a la primera página de los periódicos o a la tele, y se las explota hasta el extremo, mientras la comunicado y la imagen atraen la atención. Se trata de un mecanismo perverso, al que lamentablemente cuesta resistir.
Es necesario que los hombres de todas las naciones y culturas acojan este mensaje de fuego y de esperanza: que lo acojan como don de las manos de María, Madre de toda la humanidad.
En el corazón de las ciudades cristianas María constituye una presencia dulce y tranquilizadora. Con su estilo discreto da paz y esperanza a todos en los momentos alegres y tristes de la existencia.
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En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Jehová a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una Doncella desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.